Fitoterapia



¿Qué es la fitoterapia?





La Fitoterapia es el tratamiento de las enfermedades por medio de las plantas.
Su origen se conoce desde los tiempos más remotos. La arqueología ha sacado a la luz recientemente textos de hace cuatro mil años describiendo las propiedades de las plantas medicinales. 
Como terapéutica empírica tradicional fueron durante mucho tiempo el único tratamiento puesto por la naturaleza al servicio del hombre.
Se conoce que en el antiguo Egipto había escuelas de herbalismo y en Grecia, médicos como Dióscondes o Galeno transmitieron sus conocimientos influyendo así a la medicina de occidente.
Durante el siglo XIX, la Fitoterapia fue maltratada por el espíritu científico, que creyó en el poder sin límites de la química de síntesis de sustancias activas en el laboratorio para la cura de enfermedades. Sin considerar que la penicilina es un hongo, la rauwolfía también es un vegetal y las vitaminas y minerales son también substancias provenientes de plantas y que son éstas los tres principales pilares de la medicina del siglo XX.
Después de la aparición de un gran número de fórmulas químicas (como la aspirina), las plantas fueron dejadas de lado por la medicina oficial hasta excluirlas de su enseñanza.
Pero, la experiencia ha demostrado que no es posible atribuir a uno de los componentes de la planta, a uno de sus principios activos, aislado en el laboratorio, por activo que sea, las mismas propiedades terapéuticas que el vegetal entero, del cual procede. Es así que la quinina no representa a la quina. La morfina no representa al opio. La papaverina no representa a la adormidera. Ni la atropina a la belladona, ni la digitalina a la digital y así sucesivamente.
Gracias a la tradición popular y al deseo de volver a una forma de vida más armónica y natural, la Fitoterapia pudo renacer a mediados de este siglo.




Las plantas medicinales son un vínculo directo con la naturaleza y sus efectos en el organismo van a ser siempre armónicos, tomadas adecuadamente, permitiendo así corregir la causa del desequilibrio.


La Salud por las Plantas Medicinales


La salud comienza por hacerse cargo de uno mismo. Volver a nuestro vínculo con nuestro ser biológico, que no está separado de la naturaleza. El hombre no puede vivir aislado de su entorno natural, del cual también él forma parte (tierra, agua, sol, aire, vegetales y animales).
Desde hace algunos años se están desarrollando nuevos tipos de enfermedades consideradas como "banales" que, sin embargo, amargan nuestra existencia, y son consecuencia del ajetreo de la vida moderna y del modo de vida en general.
La toma sistemática de medicamentos, ciertamente "poderosos y eficaces" es siempre generadora de efectos secundarios más o menos graves.
Los antibióticos, ampliamente recetados para todo tipos de infecciones, pueden, como ha sido demostrado, disminuir las defensas inmunitarias y por consiguiente favorecer las recaídas. De la misma manera, los antiinflamatorios utilizados para el tratamiento de los dolores reumáticos son los responsables de las agresiones de la mucosa gástrica, así como de otros efectos secundarios nefastos.



A pesar del arsenal terapéutico del que disponen los médicos, existe una categoría de enfermedades, las llamadas "de la vida moderna" como la jaqueca, el nerviosismo, la depresión, el estrés, los trastornos de la circulación, etc. a los que sólo le encuentran soluciones parciales. 
Es por esto que la medicina natural ha ido creciendo día a día, y las personas se han ido informando cada vez más sobre las propiedades y usos de las plantas medicinales en el tratamiento de diferentes dolencias y trastornos.
Sabiendo además, que las plantas están libres de adicciones y efectos secundarios. Que son fuente de alimentación, nutrición y sanación gracias a su energía e información necesarias para mantener nuestro cuerpo sano y en equilibrio. 
Una simple infusión, decocciones, o preparados como las tinturas madres, que duran mucho más tiempo y tienen una mejor dosificación,  permiten liberar los principios activos y curativos de las plantas. Como también la aplicación de compresas y cataplasmas, pomadas, lociones y aceites, que facilitan la absorción de los principios vegetales a través de la piel. 



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