¿Cómo usar las plantas medicinales?

Preparación de las plantas medicinales




El uso de las plantas medicinales es común en todo el mundo, todas ellas poseen propiedades terapéuticas. Se clasifican por sus efectos medicinales en raíces, flores, cortezas, hojas, ramas, semillas y frutos. Sus efectos en el organismo, tomadas adecuadamente, van a ser siempre armónicos permitiendo así corregir la causa del desequilibrio. Las plantas medicinales son un vínculo directo con la naturaleza y nosotros somos parte de ella.
Para la cura y prevención se recurre a la medicina natural que le da especial importancia a las fuerzas vitales, a los procesos de regeneración y a las reacciones naturales de defensa propias del organismo. 

Modos de preparación y usos

Infusiones: Sirven para liberar componentes activos contenidos en hojas y flores. Se depositan las hierbas secas o frescas en una proporción de 1 ó 2 cucharaditas de té por cada taza de agua (una medida de material seco equivale a tres de fresco), en una tetera, taza u otro recipiente apropiado. Se vierte encima agua hirviente y se tapa. Se deja reposar durante 10 o 15 minutos y se cuela. Para un puñado de hojas o flores secas (15gr o 20gr) se vierte un litro de agua. 

Decocciones: Se someten a decocción las partes leñosas y duras de la planta, como cortezas, raíces y frutos duros. Agregar el material al agua y llevar ésta a ebullición. Tapar y dejar hervir durante 1o ó 15 minutos. Colar el preparado todavía caliente. 




Tisanas: Se hierve agua y se agregan 2 cucharaditas de té de hierbas secas por cada taza de agua y se tapa el recipiente. Hervir de 1 a 2 minutos y retirar del fuego. Finalmente dejar unos minutos en reposo y colar. 

Tinturas: Se obtienen por la maceración de materia vegetal en  alcohol, que será de 50, 60 o 70 grados según se trate de flores, hojas, raíces o cortezas. La relación de materia vegetal al líquido es de 1:5 (ej. 200gr de material en 1 litro de líquido). Depositar la cantidad necesaria de material en un frasco oscuro con tapa a rosca y agregar el alcohol, en general de 60º, que se puede obtener mezclando: alcohol rectificado de 96º (60%) con agua destilada o potable (40%); se puede utilizar también vodka o agua ardiente (kirsch) de buena calidad. Dejar macerar durante 14 días en el frasco bien cerrado, agitar periódicamente. Al cabo de dos semanas filtrar el producto mediante gasa o filtro de papel y guardar en frascos oscuros. Tomar 30 gotas o una cucharadita diluida en un poco de agua, té, jugo u otra bebida.





Baños: Todo el cuerpo puede recibir los efectos sedantes, estimulantes y refrescantes que brindan las distintas variedades de hierbas. La manera de preparar un baño es haciendo una infusión o decocción con un puñado de hierbas en un litro de agua. Luego se debe colar y mezclar con el agua con la que se dará el baño. Otra manera es preparar una bolsita de tela fina, envolver allí las hierbas y sumergirla en el agua de baño.

Buches y gárgaras: Recomendados en especial para los trastornos en la boca y garganta.  Se puede recurrir a hierbas antisépticas para la higiene bucal por la mañana y por la noche.
Preparar un té por decocción con 1 ó 2 cucharadas de la hierba por cada taza de agua y luego con el preparado realizar gárgaras o buches.

Compresas: Se utilizan en heridas o contusiones; en esta última se recomiendan las compresas frías. Para realizar una compresa es necesario preparar un té por infusión (1 ó 2 cucharadas soperas por cada 200ml de agua). Humedecer un paño o gasa en el té, escurrir y aplicar en la zona afectada de 1 a 3 veces por día.
Las compresas frías se utilizan para detener pequeñas hemorragias, reducir y aliviar los dolores de cabeza, eliminar manchas de la piel causadas por golpes o reducir la fiebre. 
Las compresas calientes se utilizan para aliviar el dolor, hidratar y calmar dolores articulares y musculares ya que la infusión caliente penetra mejor en los tejidos de los músculos aportando todos los nutrientes y virtudes de la planta, ensancha además los vasos sanguíneos aumentando el flujo de sangre en la zona tratada. 

Cataplasmas: Muy similares a las compresas y también aplicadas exteriormente. En este caso no se infusionan las plantas medicinales, sino que se machacan las partes frescas de la planta, que mezclado con muy poca agua se formará una pasta suave a la que se podrá envolver en una tela muy fina para luego aplicarla directamente sobre la zona afectada. Son especiales para las heridas de difícil cicatrización. 
Las cataplasmas son utilizadas para calmar dolores, reducir inflamaciones o para afecciones respiratorias.
Al usar hierbas frescas, cuidar que estén muy limpias. Si se utilizan hierbas secas, envolverlas en una tela fina, remojar en agua caliente y aplicar en la zona lesionada; debiendo actuar durante 30 minutos.
También son muy utilizadas en la medicina natural las cataplasmas de barro o arcilla. 






Pomadas: Trabajan de igual forma que las cataplasmas. La diferencia se encuentra en que pueden permanecer más tiempo sobre la piel. Son preparaciones para uso externo, de consistencia blanda, que se hallan constituidos por grasas, aceites, que sirven como vehículos a diversos medicamentos. Las pomadas pueden ser preparadas mezclando la hierba indicada (su jugo o amasada) con la grasa o el aceite de preferencia.





Inhalaciones: Muy útiles para las afecciones de la vías respiratorias; las inhalaciones permiten recibir los efectos del vapor del agua caliente con el aroma de sustancias volátiles como por ejemplo el eucalipto y el romero. 
Para hacer inhalaciones disponer la hierba en agua hirviendo en una proporción de 2 cucharadas soperas de hierbas por cada medio litro de agua. Aspirar y espirar durante 15 minutos. Para mayor efecto, tapar los hombros y cabeza con una toalla para ayudar a concentrar aún más el vapor. 







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