Anticipate al frío




   Refuerza tu sistema inmunológico

    ¡Arriba las defensas!



Tomar las medidas necesarias para proteger al organismo de los meses más fríos del año es fundamental para prevenir las enfermedades que aparecen en invierno. Cabe aclarar que no sólo las bajas temperaturas atentan contra el sistema inmunológico, también el estrés, una alimentación deficiente carente de vitaminas y minerales, las emociones negativas, el tabaco, el exceso de alcohol y cafeína, los aditivos alimenticios, el exceso de azúcar, los pesticidas, la polución, son enemigos del sistema inmunitario.

¿Qué es el sistema inmunitario?

El sistema inmunitario es un sistema de defensa que protege al organismo de una variedad de agentes infecciosos (virus, bacterias, hongos y parásitos). Es una red compleja de células, proteínas, tejidos y órganos que funcionan en equipo para defendernos de los agentes patógenos.
Existen tres niveles o barreras de defensa cada una más específica que la anterior. En la respuesta inmunitaria intervienen los linfocitos (glóbulos blancos) responsables de la inmunidad celular y los anticuerpos (moléculas de proteínas) que circulan en el plasma sanguíneo y en la linfa. Todo ello se ve sustentado por el sistema linfático compuesto por la médula ósea, el timo, los ganglios linfáticos, el bazo y el tejido linfoide.
Sin embargo, en ocasiones, el sistema inmunológico se debilita y deja al organismo expuesto a varias
enfermedades e infecciones.

¿Cómo aumentar las defensas?



Con una alimentación equilibrada
Para ello es necesario tener en cuenta:
  • Reducir la ingesta de grasas saturadas (embutidos, productos de pastelería y panadería industrial). Dado que disminuyen la capacidad de defensa del organismo, conviene reemplazarlas por ÁCIDOS GRASOS OMEGA 3, 6 Y 9, presentes en PESCADOS (W-3), ACEITES VEGETALES (W-6), ACEITE DE OLIVA (W-9), FRUTOS SECOS,  SEMILLAS y CEREALES INTEGRALES.
  • Aumentar el consumo de alimentos ricos en VITAMINA C (NARANJAS, POMELOS, LIMONES, MANDARINAS, ESPINACAS, ACELGAS, TOMATES, PAPAS, ARVEJAS). La vitamina C es antioxidante, ya que protege al cuerpo contra la oxidación, y es un cofactor en varias reacciones enzimáticas vitales. Ayuda al desarrollo de dientes, encías, huesos y cartílagos. Favorece la absorción del hierro.
  • Incorporar alimentos con VITAMINA E (ACEITES EN GENERAL, CEREALES INTEGRALES, FRUTOS SECOS y VEGETALES DE HOJAS VERDES). Esta vitamina es considerada una vitamina antioxidante porque aumenta la respuesta inmunológica frente a las diversas infecciones.
  • Alimentos con VITAMINA A: HÍGADO, LECHE, HUEVO, QUESO, MANTECA y en vegetales como CALABAZA y ZANAHORIA (en forma de betacarotenos, sustancias precursoras de la vitamina A). Esenciales para mejorar y aumentar la defensa inmunitaria de la piel y de las mucosas en general.
  • Alimentos con VITAMINA DEL COMPLEJO B (ÁCIDO FÓLICO, B1, B2, B3, B5, B6, B12). Son fuentes de este complejo vitamínico: LEVADURA DE CERVEZA, CEREALES INTEGRALES, LEGUMBRES, FRUTAS, PESCADOS, MARISCOS, HUEVOS y PRODUCTOS LÁCTEOS.
  • Entre los MINERALES, hay que tener presente el consumo de:
  • HIERRO: su déficit puede producir anemia, lo cual disminuye la respuesta inmunológica. Se encuentra en las carnes en general y sus derivados, huevo, vegetales como espinacas, acelga y legumbres como lentejas.
  • Zinc: desempeña un importante papel en la defensa del sistema inmunitario. Su déficit afecta a los órganos linfáticos. Son fuentes de zinc las legumbres, pescados, mariscos, huevos, frutas y verduras.
  • CALCIO: su déficit causa hemorragias, desnutrición, raquitismo. Para mantener el equilibrio de calcio es muy importante la dieta alcalinizante que básicamente son las frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales y el yogur. La absorción del calcio por el intestino delgado depende de la vitamina D.
  • SODIO: su falta produce catarros y resfríos. Acidez y gases en estómago e intestinos.



¡Emociones positivas aumentan las defensas!

Lo que sentimos y pensamos influye directamente en nuestro sistema inmunológico. La química de nuestras emociones y pensamientos afectan nuestra capacidad para resistir las enfermedades. El estrés, el exceso de obligaciones, problemas y pensamientos genera en nuestro organismo un desgaste en el sistema, disminuyendo la capacidad de defensa y alterando funciones como la de la glándula del timo, donde se forman y maduran los linfocitos T, responsables de la respuesta inmunitaria celular.
Sentimientos positivos, de autoconfianza, la risa, el amor y la motivación generan un torrente de sustancias químicas y energía que fortalecen el sistema inmunitario
¡ y son fuentes de salud y felicidad!






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