ORTIGA (propiedades)

Ortiga (Urtica Spathulata Smith, Urtica Urens L.)

• NOMBRE BOTÁNICO: Urtica Spathulata, Urtica Urens L.
• FAMILIA: Urticáceas
• PARTES UTILIZADAS: En el ámbito de la fitoterapia el aprovechamiento de la planta es integral: de acuerdo al uso que quiera dársele, podrán utilizarse sus hojas, flores o también semillas y raíces.
• DESCRIPCIÓN: Existen dos tipos. Urtica Dioica, conocida como ortiga mayor u ortiga verde. Alcanza entre 50 y 150 cm. Tiene el tallo de sección en forma de cuadrado, hojas con forma de ovalo, con el borde aserrado, flores pequeñas unisexuales agrupadas en glomérulos. Posee unos pelos urticantes cuyo líquido cáustico (acetilcolina, ácido fórmico, resina, histamina) produce irritación y picor intenso en la piel cuando se le toca o roza. La Urtica Urens u ortiga menor suele crecer al lado de la ortiga mayor, tiene unos 60 cm y produce mayor irritación que la anterior.
• HÁBITAT: Crece en todas partes del mundo. Se cría especialmente bien en suelos húmedos y ricos en nitrógeno. Es especialmente común en las zonas templadas y tropicales.

La raíz de ortiga es utilizada para los problemas urinarios ligados a la próstata. Estos problemas incluyen la micción nocturna, la necesidad de orinar con demasiada frecuencia, la micción dolorosa, la incapacidad de orinar y la vejiga irritada.
La raíz de ortiga es igualmente utilizada para enfermedades articulares. Tiene propiedades diuréticas y astringentes. Las partes superiores de la raíz son utilizadas con una gran cantidad de líquido en la terapia de irrigación, siendo eficaz en el tratamiento de infecciones urinarias, la inflamación del tracto urinario y los cálculos renales. Las partes superiores son igualmente utilizadas para tratar las alergias, la fiebre del heno, el reumatismo y la artrosis.
La parte superior de la ortiga es utilizada también para tratar el sangrado interno, incluida la hemorragia uterina, nasal u intestinal. Estas partes son utilizadas para la anemia, la mala circulación sanguínea, el bazo, la diabetes y otros trastornos endocrinos. Pero eso no es todo: también se usa para la acidez estomacal, la diarrea, la disentería, el asma, la congestión pulmonar, la erupción, la prevención del cáncer y la prevención de signos de envejecimiento, la purificación de la sangre, la cicatrización de heridas y finalmente, como tónico general.